Paloma pasajera | Los faros reclamados por el mar
El nivel del mar podría aumentar más de un metro hacia finales del siglo. Un escenario así supondría mucho más que solo la pérdida de nuestros faros.
🕊️ La paloma pasajera (Ectopistes migratorius), originaria de Norteamérica, fue probablemente el ave más abundante del mundo, pero en tan solo un siglo —durante los años 1800— quedó extinta por un exceso de caza. Esta columna/newsletter toma su nombre para no olvidarlo y que funcione también como paloma mensajera, trayéndoles discusiones sobre el medio ambiente una vez al mes.
Ojalá la disfruten.
En su libro Cuaderno de faros, Jazmina Barrera dice que los faros son “Fuego que señala el fin del mar”. Amo la definición. Pero recordemos que la vida humana es bastante fugaz: estamos acostumbrados a ver las cosas desde nuestra escala temporal y pocas veces pensamos que colosos como el mar, incluso con el latido constante de su oleaje, miden el tiempo con manecillas mucho más lentas que las nuestras. Es decir, el mar no se está quieto. Va y viene, recorre kilómetros enteros, migra y se repatria. Los faros fueron construidos para caer ante el mar, derrotados por el tiempo. Pero están cayendo mucho más rápido de lo que deberían.
Según la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, el Servicio de Faros nacional inició cuidando quince de estos centinelas: “En el curso 1891-1892 el Servicio de Faros de la Secretaría estaba encomendado a un ingeniero inspector del ramo y su ayudante, ambos residían en la ciudad y puerto de Veracruz. Su trabajo consistía —junto con 11 guardafaros, dos encargados de luces, seis ayudantes y dos auxiliares— en vigilar y reparar los faros hasta entonces construidos, 11 en la costa del Golfo: Tampico, ‘Benito Juárez’ en Veracruz, Ulúa, Alvarado (2), Coatzacoalcos, Frontera, Xicalango, Campeche, Sisal y Progreso (faro de séptima orden); y cuatro en la costa del Pacífico: Cabo Haro en Guaymas, Mazatlán (faro de cuarta orden), La Paz y Bahía Magdalena”.
Uno de ellos, el de Frontera, es el faro más antiguo de Tabasco y se erigió en la comunidad de El Bosque, en el municipio de Centla, en 1881. El poeta José Gorostiza lo describiría como un “Rubio pastor de barcas pescadoras”. Según Plácido Santana, cronista tabasqueño, la labor principal del faro
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